Mis listas de buenos propósitos para el nuevo año las hago en
septiembre, después del parón de las vacaciones que me ayuda a
distanciarme y ver las cosas con perspectiva, cuando vuelvo con la
energía necesaria para emprender proyectos y cambiar rutinas.
En el
cambio de año real me limito a pedir un deseo y a hacer balance del año
que se acaba. El balance de 2012 tiene algunas cosas muy malas y alguna estupenda
y casi mágica. Pero en general ha sido un año feo al que no echaré
de menos, y sólo espero que 2013 nos traiga días más amables y
coloridos. Ya sé que el panorama pinta mal y
no dejan de repetírnoslo, pero a veces apetece tener esperanza y que no
se vea defraudada, ¿no?
Estas semanas de cierre/inicio de año he estado muy atareada rematando cosas que tenía pendientes desde hacía mucho tiempo, de esas que arrastras y arrastras durante meses y que estaba impaciente ya por sacar a la luz. Estas son algunas de las que estoy más orgullosa:
La muñeca-retrato de Teresa, fue su regalo de Reyes aunque hacía mucho tiempo que quería hacérsela. Como siempre, le veo mil defectos y cosas que podría perfeccionar, pero a ella le gustó muchísimo y se vio reflejada, que es lo importante:
Las fundas para Ipad en fieltro y con serigrafía casera, que se complicaron hasta el infinito y más allá, (increíble para lo sencillas que son) y por eso han tardado siglos en ver la luz:
Y mi mejor creación hasta la fecha, que también se complicó y se retrasó más de lo previsto, pero que también rematé felizmente :
Sospecho que estaré un poco [más] desaparecida por estos lares durante algún tiempo...