16 marzo 2015

Cuestión de enfoque

Últimamente estoy inmersa en una especie de revolución interior tranquila, cuestionándome el modo en que pienso, trabajo, me enfrento a la vida, me presento ante el mundo y mil cosas más que resultan demasiadas para citar aquí.

Uno de los temas que más me interesa es el cómo nuestro pensamiento condiciona lo que vivimos. Parece algo obvio y cualquiera tendrá mil ejemplos que lo ilustran, pero para mí es
aún uno de esos aprendizajes pendientes en los que necesito pasar del "lo entiendo, estoy de acuerdo" al "ajá! lo pillo".

Por ejemplo. Llevo meses torturándome por tener este blog abandonado, con todas las connotaciones negativas de la palabra "abandono": falta de seriedad y compromiso, poca organización, flojera…. Dándole vueltas a si cerrarlo o retomarlo, y cómo hacerlo, qué fantástico post escribir para justificar la vuelta, qué contar y qué no contar de este largo tiempo de silencio, y cada vez más bloqueada con el tema. Y anoche de pronto mientras me lavaba los dientes (momento clásico de las grandes revelaciones) me di cuenta de que el problema residía en una cuestión de enfoque. Y que si sustituía la palabra "abandono" por "año sabático" de pronto todo era más fácil. Connotaciones positivas de hacer una pausa, tomar distancia, aprender cosas nuevas y volver con más ganas y nuevo impulso. Y este pequeño cambio de perspectiva, que seguramente desde fuera parezca una tontería, me ha servido para desbloquearme y sentarme hoy a escribir sin pesos ni dilemas.

En realidad estoy tratando de aplicar este ejercicio a todas las áreas de mi vida donde tengo un discurso negativo. Es difícil, porque muchas veces ni siquiera soy consciente de ese enfoque negativo, y en algunas áreas me enfrento a décadas de entrenamiento en ese sentido. Pero creo que con la práctica y el esfuerzo se consiguen grandes hazañas. En el fondo soy una optimista  :)  


Así que positividad, es mi propósito número 1 para el 2015.




3 comentarios :

Montse Llamas dijo...

Pues para hacer una declaración de dejadez conjunta, yo te diré que tengo también abandonada desde hace unas semanas mi interacción con los blogs que sigo. Leo los posts de mis favoritos (como el tuyo) el día que salen, con mucha ilusión, pero los voy dejando en espera para comentar, aguardando un día de calma...

El caso es que no suelo interpretar los tiempos de silencio en los blogs como falta de seriedad. Al menos los que no son medios profesionales, tipo revista. Blogs como el tuyo van a la par con la vida, creo yo, y esas ausencias plasman momentos de interiorización. Y creo que muy necesarios para decir cosas interesantes cuando proceda. Así lo veo yo.

La pena es que es contradictorio con lo que se supone que debe ser la presencia online, que si no la haces regular, te acaban olvidando. Por eso están muy bien los lectores de feeds, que te dan una alegría cuando aparece algo que hace mucho que no leías, como me pasó cuando vi tu post :)

Aquí seguiré, al otro lado, para cuando te apetezca contar algo. Un abrazo.

Soy finlandesa dijo...

Muchas gracias por tus palabras, Montse, son una cálida bienvenida.
Llevas razón, yo bendigo los lectores de feeds porque me permiten seguir los blogs que me gustan, que de otro modo no podría. Lo de comentar ya es harina de otro costal, sí, es verdad que aunque quieras hacerlo a veces se complica todo. Pero bueno, son rachas :)

Mendruga dijo...

Ole, pues venga! Con calma y cuándo surja. Creo que es muy importante aflojarse con los post, yo no quiero convertir mi blog en otro "deber", cuándo me pillo pensando en él como un deber me paro y me doy un tiempo. Un abrazo

 
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